Recitales:
“Vicentico cerró la quinta edición del Festival Cervantino en Azul”
Nunca podrás callar esta canción.
Sebastián Lindner
sebastianelpopular@gmail.com
Especial para El Popular.
Pocas
veces la ciudad de Azul se movilizó tanto como la tardecita / noche del domingo
13 de noviembre del 2011. Buscar un lugar para estacionar el auto no era tarea
fácil, menos si uno quería estacionar cerca del lugar del recital, o al menos
lo que nosotros, pueblerinos de la provincia de Buenos Aires consideramos cerca
(léase: una cuadra como mucho). Muchos vecinos que aprovecharon el buen clima
primaveral de noviembre para acercarse al Parque Sarmiento y mucha gente de
localidades vecinas que sacó el auto a la ruta para poder ver a Vicentico
gratis, habían colmado todos los espacios y no quedaba otra que estacionar a
unas 6 o 7 cuadras del lugar.
Para
cerrar la quinta edición del exitoso Festival Cervantino, Gabriel Julio
Fernández Capello (Vicentico), parte de la historia y el presente del rock
argentino, cofundador de “Los Fabulosos Cadillacs” devenido en solista y
orgulloso padre de familia, presentó en el parque sobre la Avenida Pellegrini
su último trabajo: “Sólo un momento”. Exactamente a la hora pautada (20 Hs) y
ante un público muy heterogéneo apareció Vicentico camuflado de local,
vistiendo una limpia y planchada camisa celeste arremangada y pantalón largo
oscuro. No dijo nada, simplemente comenzó a tocar y así pasaron 4 temas hasta que se paró frente al micrófono en un
gran escenario con sólo un telón blanco de fondo y dijo: “Hola”.
Es
indiscutible la calidad de Showman un poco tímido pero con un muy buen manejo
del escenario de Vicentico. Sólo le bastó un “hola” para ganarse al público. Ya
se había conformado un grupo de adolescentes y señoras madres que cantaban el
clásico: “Olé, olé que lo tiren a la hinchada”. Y aprovechó entonces para
comenzar el diálogo con el público que duró todo el show. Hizo chistes
relacionados a su propio peso (un poco excedido nuevamente): “Hoy a la tarde
cuando me bañaba, me sacaron fotos, por primera vez los vecinos de Azul vieron
una ballena en el río (sic)”. Se puso un poco serio cuando habló del espíritu
combativo y rebelde del Che Guevara, agradeció al público por una noche única,
por el silencio, el arte y la música, por el cariño y para que dure para
siempre. Robó muchas risas cuando intentó dar clases de baile, conociendo sus
propias y enormes limitaciones. Entonces saltó mucho como lo hacía antes con
Los Cadillacs y brindó a la gente un recorrido impecable por clásicos de su
antigua banda y temas de su disco solista nuevo.
En
el transcurso de la hora y cuarenta minutos que duró el show, se pudieron
escuchar los temas “Paisaje” (el tema de Franco Simone, muy coreado por la
gente), “Siguiendo la luna”, "Cobarde", "Viento", "El
pacto". Llegó el momento también para su renovada "Saco Azul" y "Algo
Contigo" (una versión lounge muy aplaudida), "Culpable" (en
versión más lenta que la original que luego se convirtió en un tema de salsa),
"Si me dejan", "Las manos" y "Morir a tu lado",
“El aguijón”. Y para el final: "Se despierta la ciudad", "Basta
de llamarme así", "Tiburón", "Vasos vacíos", "Los
Caminos de la vida" y la más vitoreada de la noche y última canción que
tuvo a Vicentico ya sin banda como único protagonista: "Yo no me sentaría
en tu mesa". Es destacable la calidad de los músicos que acompañan a
Vicentico, especialmente el trabajo de su baterista y percusionista quien le
dejó el manejo de la bata para dedicarse a la percusión por un momento.
El
cantante, guitarra acústica en mano (no la soltó en casi todo el show)
agradeció por última vez y a la hora 21:50 se terminó el show. La gente comenzó
a desconcentrarse ordenadamente del parque y la ciudad volvió a la
“normalidad”. Al menos hasta que el rock la sacuda un poco nuevamente.
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