Infierno al Volante: persecuciones,
chicas y explosiones.
Sebastián
Lindner.
Algo
anda mal cuando un actor con un papel secundario se roba la película y deja al
protagonista totalmente pintado. Porque no hay mejor analogía para describir a
Nicholas Cage que compararlo con una pintura. Sin movimiento, sin capacidad de sorprender,
siempre la misma cara, siempre el mismo Nicholas.
Aún
después de películas terriblemente malas como “Peligro en Bangkok”, “El culto
siniestro” o “El aprendiz de brujo”, algunos seguimos intentando darle otra
oportunidad al bueno de Nicholas. Y queremos darle otra oportunidad porque
después de haber hecho muy buenas películas como “Kick Ass”, “El beso del
vampiro” o “La roca”, creemos que todavía está a tiempo de redimirse con los
fanáticos del cine de acción y aventuras.
Lamentablemente
este no es el caso. “Infierno al
volante” (Drive Angry 3D) nos muestra a un Cage interpretando a Milton, un
pobre tipo que ya muerto y desde el infierno puede ver que su hija es asesinada
por un loco de una secta, que encima secuestra a su beba de meses vaya uno a
saber para qué. Un panorama bastante feo para cualquiera.
Pero
Nicholas Cage (Milton) no es cualquiera y se escapa del infierno para hacer
justicia por mano propia. Para esto se une a Piper, una camarera con muy mal
carácter interpretada por la preciosa Amber Heard (quien tuvo un pequeño pero
recordable papel en “Zombieland” y un rol más importante en “Asesino en casa”)
y los dos intentarán encontrar al asesino de la secta a bordo de un tremendo
Dodge Charger de 1969 (El mismo modelo que el General Lee, el mítico auto
naranja que manejaban los duques de Hazzard).
Pero
el diablo (que más sabe por viejo…) ha enviado a un emisario conocido como “El
Contador” que tiene como misión atrapar a Milton y devolverlo al Infierno. El
encargado de representar este papel es William Fichtner (el detective malo de
la serie Prison Break 2005-2009) y en el poco tiempo que le toca frente a
cámara evidencia, con una actuación bastante buena, que Cage se olvido todo lo
que aprendió cuando estudió teatro en Beverly Hills.
Esta
nueva aventura con Cage al volante (y por la que se gastó la friolera de 50
millones de dólares) está dirigida por Patrick Lussier, el mismo director de
“Sangriento San Valentín 3D” quien también estuvo a cargo del guión. Un tipo
acostumbrado al terror en tres dimensiones a quien le encanta hacernos ver como
las gotitas de sangre caen cerca de nosotros.
Infierno
al Volante no deja de ser una película entretenida. Para ver mientras degustamos
de unos dulces popcorns y nos reímos
viendo sufrir al protagonista. Con muchos autos (de los clásicos y veloces) y
muchas chicas (veloces también). Muchos disparos y explosiones. Persecuciones
en la ruta y la dosis justa de sangre.
Resumen
en una palabra: Pochoclos!
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