Festival Internacional de Cortos de
Olavarría: “Cortos Locales”.
Historias mínimas.
Por Sebastián Lindner
sebastianelpopular@gmail.com
Especial
para El Popular.
Mientras a los realizadores de cortometrajes
se los considera en general como amateurs dentro de la industria del cine,
Olavarría apuesta por separar al Festival de Cortos y darle entidad propia,
demostrando que son tan importantes como los largometrajes. Cambiando el
formato al que estamos acostumbrados. Contando historias documentales o de
ficción. Negociando con el tiempo, dejando material muy valioso de lado,
trabajando a pulmón y con recursos propios. Lo guionan, lo filman, lo editan, en
algunos casos lo musicalizan y hasta actúan. Se sienten orgullosos de sus obras
y están muy felices de poder mostrarlos entre conocidos y desconocidos.
Mientras llueve y mucho en Olavarría, en la
redacción del diario nos juntamos 4 realizadores de cortometrajes y un
periodista (Ezequiel Goldstein, creador de “El diablo vuelve al pueblo”, no
pudo ser ubicado para la nota).
Benjamin Torres en su primer corto: “Pasaje
de vuelta” nos cuenta la historia de Dante quien pierde a sus padres siendo un
bebé de 3 meses y se da cuenta que el mayor tiempo que pasó con sus padres lo
hizo en la panza de su mamá y ahora quiere volver al vientre materno. Filmado
casi íntegramente en Olavarría y con música de artistas olavarrienses y actores
locales también. Benjamín proyecta filmar un corto más acá y un corto de terror
para filmar en el festival Rojo Sangre del año que viene.
Elías Ocampo quien viene haciendo cortos
desde el 2007 nos presenta su corto: “Caníbal” en el que Gabriel, su personaje
principal, por una extraña razón pierde toda capacidad de expresión y no
gesticula ni habla, la única acción permanente que hace es estar en su pieza
encerrado y escribe en un cuaderno la pregunta “¿qué decir?”. En contraste, su
hermana menor Cibel, que como no entiende que le pasa a su hermano, todo el
tiempo intenta ayudarlo preguntándole que le pasa y generando un contrapeso
entre un personaje que no dice nada y uno que no para de hablar.
Marina Schucky es la única documentalista en
participar de la competencia con cortos de ficción. El suyo se llama “madurando
la huella” y es la primera vez que se presenta en competencia después de casi 11
años de inactividad con la cámara y acostumbrada a trabajar de manera
analógica. Nos muestra la historia de Oscar “cholo” Corridoni quien a los 76
años sigue repartiendo leche cruda en carro en Sierras Bayas. Una historia muy
intimista de una persona que trabajando de lechero cumple el sueño de su
vida. Casi un mes de trabajo, a altas
horas de la madrugada en el tambo, haciéndose hasta amiga de las vacas, con la
ventaja de conocer personalmente al protagonista del documental y buscando la
belleza de lo simple.
Martin Esteves, presenta en sociedad
“Aguacero”, idea tomada de uno de sus
temas (Martín es además, músico). Una historia bastante corta (4 minutos) y
ecológica en la que Diego Bianchi (el actor que representa al personaje
principal) vive un presente (paralelo) en el que hace un mes el mundo se quedó
sin agua. Cero Agua. Aguacero. Lo califica como un corto de humor negro y tuvo
muchas dificultades para filmarlo ya que necesitaba de la presencia real de una
tormenta y cuando se depende de factores climáticos uno no decide, uno se
adapta.
Todos los realizadores se sintieron muy
conformes con la organización del festival e incluso sorprendidos con la
respuesta del público y con la posibilidad de mostrar su trabajo, en definitiva
el objetivo principal y último de cualquier realizador cinematográfico,
compartir con el público su obra.
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