Teatro: “Todos eran mis Hijos” Ana María Picchio en
Olavarría
La vida de un actor en la ruta.
Sebastián Lindner
sebastianelpopular@gmail.com
Especial para El Popular.
Sábado. Nueve y media de la mañana. Bar del hotel
“Savoy”. Toda la troupe de “Todos eran mis hijos” está desayunando antes de
partir hacia Tres Arroyos a presentar la obra y luego, al otro día, movilizar
todo hacia la ciudad de Azul. Federico D’Elia charla con Vanesa González (que
no se quita los lentes oscuros en ningún momento), Lito Cruz llega silbando
bajito y arrastrando prácticamente los pies, se lo ve muy cansado, el resto
charla animadamente mientras bebe café o té y comen cosas ricas. Yo estoy
sentado con Ana María Picchio y mientras bebe algo charlamos…
¿Qué
te pareció el público de Olavarría?
Yo sabía que el público de Olavarría se interesaba
por estas cosas, una vez vinimos a la muestra de cine “Lucas de Mare” trajimos
una película en la que trabajaba Arturo Puig, Hugo Arana, Calvo, Taibo, yo y
varios más, y el público fue muy gracioso. En un momento uno le grita a la
pantalla, a Arturo Puig, “pateá la vieja y quédate con la chica” (risas).
No me lo voy a olvidar más. Y después vinimos acá con “Made in Lanús”.
¿Y
cómo es andar de gira todo el tiempo?
Las satisfacciones son muchas. Pero tenés que pensar
nada más que en eso. Tenés que pensar que es un servicio para la gente que no
puede viajar a Buenos Aires. Los gastos son muchísimos, me contaba la gente de
producción, traer todas las luces, la escenografía, que además tiene el problema
de que no puede desarmarse, una parte tiene que venir entera. Es mucho, pero la
satisfacción en el final no se paga con nada.
¿Y
cuando llegás a tu casa después de hacer una gira? ¿Qué es lo primero que
hacés, además de tirarte a la cama a descansar?
Uh, no. Tengo que ir a buscar a mis nietas al
colegio y hacer cosas. No me puedo tirar a descansar. Pero quedás destrozado
por esos 3 días que tenés libre. Quedás muy cansado. Del viaje, de la tensión
sobre todo, viste lo que es la ruta 3, es la ruta de la muerte. Adhiero a ese
movimiento para que la hagan autopista. Es un peligro permanente, y veníamos
todos muy tensos, nadie durmió. Pero bueno, todos estamos en manos de Dios.
Aunque por la obra vale la pena hacer el sacrificio.
Charlar con Ana María es
realmente un placer y es imposible transcribir la conversación completa. Nos
ponemos a hablar de cine (le cuento el argumento de Viudas), charlamos sobre la
posibilidad de que eso pase en la vida real. Y es entonces donde debo volver al
teatro, teniendo en cuenta que hace 10 años que Ana María no participa de ningún
film.
Pero
te gusta mucho más el teatro y se nota…
El teatro tiene una cosa de compañerismo, de sociabilidad…
El cine y la tele me traen muchas satisfacciones, pero si me preguntan con qué me
quedo si tienen que desaparecer dos… Me quedo con el teatro.
Bastante
cercana al circo de alguna manera…
Exactamente. El otro día vi una película de Scola, “Il viaggio di Capitan
Fracassa”. Es la historia de un grupo de actores de hace muchos años, creo que
por el 1500, que salen a hacer teatro, a vivir del teatro, y se ve esa
capacidad de mancomunar, con el compañero, con el público, como dice Arthur
Miller: “cada obra de teatro es como una carta de amor”. Vos sabés que hay 600
personas que van a salir modificadas, que van a salir hablando de la obra, que
van a pensar aunque sea un minuto. Con la televisión también pasan estas cosas.
¿Y
qué te parece la televisión de hoy?
La televisión argentina es superior a la
española, a la italiana, a todas las que conozco. Y la ficción nuestra es
genial.
Claro,
puede ser tal vez porque en nuestro país (y no veo que pase en otros) los
grandes actores que trabajan en cine y en teatro, trabajan también en
televisión…
Es verdad, pero acá está dejando de pasar
un poco eso. Y es por los horarios, mira a Lito (por Lito Cruz, que está sentado
en una mesa contigua, silbando, con el pensamiento vaya uno a saber dónde), todos los días se levanta a las 6,
pobre, no duerme casi. Yo hace quince días hice un programa con Francella y
dije, nunca más, televisión nunca más. Aunque salió muy bien y fue un placer
trabajar con Guillermo, pero fue también un esfuerzo tremendo. Fueron siete
días para grabar ese capítulo, esto por la manera de trabajar de Campanella.
Porque con otros directores no es así.
¿Y
qué tipo de cine te gusta mirar?
A mí me gustan las películas hechas con
poca plata, un poco “under”, con buenos directores, como va a ser la nuestra.
Otra vez nos perdemos hablando de cine, el
papel de los críticos, las películas que nos gustan, las que se vienen… etc. Cuenta
que visitando el interior, ves el país, te enterás de lo que pasa realmente. Y
dice también, que no puede creer que cierren los lugares para comer tan
temprano, que antes era más “cariñoso” el interior. Y tal vez tenga un poco de
razón.
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