Son los mismos de siempre y dieron una clase de rock.
Sebastián
Lindner
@sebaslindner
Especial
para El Popular.
Unos
veinte minutos después que terminaron de sonar los últimos acordes
de la banda de Luciano Napolitano (hijo de Pappo) que hizo de
soporte, luego de los locales “Forasteros Blues” (que integra
Ignacio Montoya Carlotto), en las dos pantallas gigantes que
flanqueaban el gigantesco escenario decorado con relojes enormes,
comenzaron a verse imágenes de Gustavo “Chizzo” Nápoli, Gabriel
Iglesias y Jorge Iglesias caracterizados como personajes del viejo
oeste norteamericano.
La
banda de Mataderos apareció en escena, aproximadamente a las 22:05,
luego de 11 años de espera, y arrancaron a puro rocanrol con
“Corazón Fugitivo” para las casi 30.000 personas presentes en el
estadio “José Buglione Martinese”. Una cantidad impresionante de
público que vino de distintas partes de Argentina para ser parte de
este maravilloso banquete y que además, se mostraron mucho más
ordenados que en el anterior recital de “Don Osvaldo”.
“Que
bueno estar acá, cuanto tiempo ha pasado, han crecido” dijo Chizzo
y la banda continuó la presentación de su nuevo disco “Pesados
Vestigios” con temas nuevos intercalados con clásicos de siempre.
Así sonaron “Tripa y Corazón”, “Nómades”, “Detonador de
Sueños”. “Mirada de Acantilado” y “El Twist del Pibe”.
Luego, el frontman del histórico grupo le dedicó la canción “Pole”
a Victor Poleri, el actor de los videos de “La Renga”
recientemente fallecido después de una larga lucha con un cáncer de
pulmón y la canción “San Miguel”, a Miguel Angel “Keko”
Ramirez, el joven fallecido por una bengala en el trágico recital
del 2011.
La
muerte fue una figura omnipresente en todo el recital, en las letras
de las canciones y en las dedicatorias. Incluso se le dedicó todo el
concierto “a un gran amigo nuestro, Gustavo Bustamante, la única
víctima del sismo acá en Buenos Aires”. No fue un show fácil
para el cantante, uno de los 10 mejores guitarristas argentinos según
“Rolling Stone”, a quien se lo notó emocionado y tocado por la
muerte de su amigo. Pero fue una clase magistral de rock and roll,
con más de dos horas y media de duración y 30 temas, tantos que
es imposible nombrarlos a todos, pero se destacaron “Cuando
Vendrán”, “La Nave del Olvido”, los dos en los que participó
Ricardo Soulé (en violín y voz): “Sabés qué” y “Veneno”,
“Yo Soy el león” y “La Razón que te demora”.
Luego
de un impass de 10 minutos, La Renga volvió para hacer el clásico
“El viejo” de Pappo, acompañados de Luciano Napolitano, Ricardo
Soulé y el bajista de Almafuerte: Beto Ceriotti. “Un gusto que
nos dimos, zapamos. Cada dos por tres lo hacemos, pero nunca con
tanta gente presente” dijo Chizzo y cerró el show con “El viento
que todo empuja”, “El final es en donde partí” y “Hablando
de la Libertad” para despedirse del público diciendo: “hemos
pasado una noche maravillosa, vamos a terminar como siempre, uds
tranquilos y en paz para que no digan que el rock es bardo”, tirar
puas a los que se encontraban cerca y retirarse en primer lugar,
saludando a los pocos que nos encontrábamos detrás del escenario.
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