Historias de mujeres argentinas a través de las décadas.
Sebastián
Lindner
@sebaslindner
Especial
para El Popular.
Un
escenario despojado, minimalista, con algunas cajas, bancos y mesas
vestidos de blanco y un micrófono sobre una jirafa que será usado
por Mónica Cabrera (premio Konex a la labor unipersonal de la década
2011) para cantar un tango entre personaje y personaje. Así recibió
el Teatro Municipal de Olavarría a las doscientas y pico de personas
que asistieron el sábado a la hora 21 a la función de “Arrabalera”,
para el 11° Encuentro de Teatro.
Bastante
puntual, a la hora 21:15, comenzó el espectáculo con una locución
en Off que describía a modo de documental radial, nuestro país. Y
Mónica aparece en escena con una gran valija antigua a acomodar
elementos que luego irá usando para componer cada uno de sus 7
personajes, mujeres que cuentan sus sentimientos y pesares, al borde
de la locura o sumergidas totalmente en ella, como anuncia el
folleto.
Así
desfilarán una a una, tango de por medio: Chichita, la imaginativa
trabajadora del sanitario, que sin soltar el rollo de papel higiénico
nos contará locas historias de peleas con visigodos; Chabela, la
empleada de limpieza y mucama que esconde varios crímenes y se
desvive por mantener encuentros con jovencitas adolescentes; Marucha,
la dietóloga incapaz de bajar un kilo y casada con el infeliz de
Fortunato; Chola, dueña de una fortuna y con mucha suerte en general
pero que vive todo como una desgracia; Ceci sex, una trabajadora
sexual / vedette que recuerda a muchas de las visitas femeninas a los
programas de chimentos de la tarde; Mecha, la escritora con problemas
de memoria y por último Pochi, la arrabalera encargada de cobranzas
difíciles que los jueves se dedica al tango.
No
es la primera vez que Mónica Cabrera visita Olavarría, y se notó
en la cara del público, que no paró de reir durante toda la obra
que duró bastante más de una hora. Seguramente algunos se acercaron
al teatro atraídos por el interesante currículum de la Cabrera:
películas como “El hijo de la novia”, “El abrazo partido” o
“El infinito sin estrellas” o programas de TV como “Tratame
Bien”, “Los únicos”, “Malparida”, “La Dueña” o su
trabajo actual en “Esperanza mía”. Pero la mayoría se acercó
porque la conoce del teatro, donde Mónica puede desplegar todo su
arte sin las trabas que imponen productores o directores. Tal vez el
mejor lugar para convertirse por algunos minutos en esas mujeres tan
distintas, pero a la vez tan similares, con todas las neurosis que
puedan existir y que hacen la delicia de los espectadores, que en
muchos casos salen del lugar pasivo que históricamente le ha
correspondido al público para participar con gritos, aplausos y
claro, muchas carcajadas.
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