La Beriso demostró en Olavarría por qué es una de las bandas de rock barrial del momento
La Beriso venía de ser soporte de los Rolling Stones en La Plata. El show duró aproximadamente dos horas y media y convocó a una multitud de jóvenes, en su mayoría mujeres.
Sebastián Lindner
@sebaslindner
Colaborador Especial para El Popular
Una multitud de jóvenes, en su mayoría mujeres con un promedio de edad que difícilmente superaban los 20 años, se encontraban reunidos en la entrada del Club Atlético Estudiantes de Olavarría, a las seis de la tarde, mientras se jugaba el superclásico entre River y Boca y las calles de la ciudad se encontraban bastante desocupadas. Los vendedores de remeras y merchandising de la banda, ubicados sobre la vereda y la calle intentaban convencer a sus potenciales clientes y de a poco, en filas muy ordenadas se entraba al Parque Carlos Guerrero, camino al Maxi Gimnasio para ver tocar a la banda oriunda de Avellaneda,
La Beriso, que venía de ser soporte de los Rolling Stones en La Plata, comenzó a tocar muy puntual, a las 20:35hs. Las luces se apagaron y Rolando «Rolo» Sartorio (cantante y líder de la banda), Ezequiel Bolli (bajo), Pablo Puntoriero (Saxo), Javier Pandolfi (Batería), Conde Kung (teclados), Emiliano Mansilla (guitarra) y Pablo Ferradas (Guitarra) salieron a escena para el delirio de todos los que colmaban el Maxi Gimnasio.
“Dónde terminaré” fue el primer tema en sonar, que además incluyó el saludo de bienvenida del vocalista, vestido íntegramente de negro a excepción de sus zapatillas de lona, bien rojas. Siguió “Mirás al cielo” y un breve impass para saludar al público como se debe. Luego llegaron “Dicen”, “Mañana” (uno de los más festejados del show) y “El éxito”. Rolo se mostró contento con el regreso a Olavarría, “Vamos a repasar todos los discos, espero que lo disfruten” prometió, e invitó al próximo show el 7 de Mayo en Ferro.
La banda transpiró profesionalismo en todas sus canciones y a pesar de las críticas recibidas por sonar muy parecidos a Callejeros (especialmente la voz del cantante, que realmente es un calco de la voz de Pato Fontanet), creo que estamos en presencia del clásico ejemplo del alumno que supera al maestro. Fue para destacar además el sonido equilibrado y parejo, ideal para un gimnasio cerrado, así como la puesta en escena con un gran trabajo de iluminación.
Luego llegó el turno de “Todo es mentira”, “Sueños”, “Imaginate”, “Encarcelado” y “Venenosa” para que Rolando agarre una guitarra acústica y suenen los acordes de “Culpable”, muy parecidos a “I use to love Her”, un clásico de los Guns and Roses. Después sonó “Miradas”, “Una noche más”, “Porqué” y “Cómo olvidarme” del disco “Historias”, tema que emocionó al frontman, tanto que dijo: “Lo lindo de ser músico es que pase esto que pasó recién, emocionarnos con nuestras propias canciones, a veces las canciones son para recordar y ponernos tristes, pero también para largar todo eso que necesitamos largar”.
Llegó el momento del impass que duró unos 10 minutos y la banda volvió con una potentísima y bien rockera versión de “Sobreviviendo” de Victor Heredia para que luego el público salte al canto de “El que no salta es un inglés”, probablemente olvidando que su banda preferida recién venía de ser telonera de la banda inglesa más famosa del mundo. Llegó entonces “Vicios”, y un excelente cover del tema de los Ratones Paranoicos “Boogie” que enganchó perfectamente con su tema “Infierno”.
El final del show que duró aproximadamente dos horas y media fue lo mejor de la noche con temas como “Tan Sola”, “No me olvides” y “Ella” para una banda que no por nada viene demostrando ser una de las bandas de rock barrial del momento.
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