Nueva aventura, pero esta vez sin Jason.
Sebastián Lindner
sebastianelpopular@gmail.com
Especial para El Popular.
La cuarta entrega de la película
protagonizada por el espía norteamericano más famoso no es un reboot, ni una
secuela o precuela, ni tampoco un remake. Ocurre de forma paralela a la
anterior, con diferentes protagonistas, de manera independiente, con un gran
elenco y mucha acción.
La guerra fría terminó hace rato,
pero las películas de espionaje siguen teniendo ese “no se qué” que nos atrae sobremanera.
Y la trilogía de films de Jason Bourne es, ya sin dudas, parte de los clásicos
y también, la respuesta del cine norteamericano al espía inglés por excelencia:
James Bond (007). Con una producción bastante menor (en cantidad, no en
calidad) ha logrado recaudar 950 millones de dólares a nivel global e intenta
sumar unos milloncitos más con esta nueva entrega.
Porque cuando los estudios saben que
una película recauda, hay que explotarla al máximo. A prepararse,
afortunadamente, para ver varias producciones más del espía rebelde a quien su
propio gobierno quiere eliminar. El único problema es que en esta cuarta
entrega no aparece Jason Bourne en ningún momento (aunque se lo nombra todo el
tiempo).
Parece que antes de comenzar la
filmación, el director Paul Greengrass (encargado de las dos anteriores) y Matt
Damon (protagonista indiscutido) decidieron dar un paso al costado y se
dedicaron a otra película: “The Green Zone”. Los productores no querían esperar
mucho tiempo así que llamaron al bueno de Tony Gilroy (guionista de las tres
películas hechas al momento) para que dirija y a Jeremy Renner (que viene
con una muy buena racha: “Vivir al límite”, “Misión: Imposible - Protocolo
Fantasma” y “Los Vengadores”) para que protagonize. Pero, ojito, que nadie
puede reemplazar a Matt como Jason Bourne, y eso Gilroy lo sabe muy bien.
Entonces “El legado Bourne” cuenta cómo al mismo
tiempo que la CIA persigue a Jason (la acción sucede simultáneamente a “Bourne:
El Ultimatum”), dos coroneles retirados empiezan a liquidar a todos los
superagentes que tuvieron el mismo entrenamiento de Bourne y también a los
científicos que desarrollaron las drogas que los volvieron casi súper soldados,
no es cuestión de andar dejando cabos sueltos. Y justo Aaron Cross (Renner) esta
terminando su entrenamiento como agente en el mismo momento en el que a Jason
Bourne se le ocurre tirar la casa por la ventana. Por supuesto que Aaron se salva, y se llevará
con él a la única sobreviviente del laboratorio que le administra las drogas que
le permiten sobrevivir , la Dra. Martha Shearing (la preciosa Rachel Weisz).
Hay que reconocer que aunque no llega a igualar el
vértigo, inteligencia y dinamismo aportado por Greengrass (que revolucionó todo
lo hecho con el cine de espionaje hasta el momento, con su cámara en mano y su
uso de zoom constante) el nuevo director logra una película que cuida la
mitología de la serie, sin dejar huecos, de calidad y que no defrauda.
Especialmente en la secuencia del comienzo (que incluye los lobos en un clima
helado) y la larga persecución final en moto.
La pareja de Jeremy Renner y Rachel Weisz funciona más que bien y los
aportes de Edward Norton (me quedo con ganas de verlo más en pantalla) como el
villano de turno cierran un film prolijo y adrenalínico por momentos.
Resumen en pocas palabras: Deja con
ganas de más.
FICHA TÉCNICA:
TÍTULO ORIGINAL: "The Bourne Legacy"
GÉNERO: Thriller / Acción.
PAÍS:
Estados Unidos (2012)
DIRECCIÓN: Tony Gilroy
GUIÓN: Tony Gilroy y Dan Gilroy
ELENCO: Jeremy Renner, Rachel Weisz, Edward Norton, Joan Allen, Oscar
Isaac, David Strathairn,
Scott Glenn, Albert Finney.
DURACIÓN: 135 minutos.
CALIFICACIÓN: Apta para mayores de 13 años.
IDIOMA: Inglés (subtitulado)
CINE: Salas Walmart.
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