Otra vez, los malos son los rusos.
Sebastián Lindner
sebastianelpopular@gmail.com
Especial para El Popular.
Vuelve
la acción ochentosa de la mano de Bruce Willis con la quinta entrega de “Duro
de Matar”. Hiperacción a raudales por las calles de Rusia, con un trasfondo
mafioso y toques de película de espías para una franquicia que se intenta
renovar dándole lugar a la nueva generación.
Hay personas que
piensan que el cine industrial se quedó sin ideas y se la pasa repitiendo
conceptos que tuvieron éxito en los 80 o 90. Esto tiene un sustento,
especialmente si recordamos películas recientemente estrenadas como: “Los
Indestructibles”, “Brigada A”, “Karate Kid”, “Footlose”, “El vengador del
futuro”, sólo por nombrar algunas remakes y estrenos, dejando completamente de
lado por cuestión de espacio a las secuelas y precuelas (palabra inventada en
Hollywood).
Pero también es cierto
que una Industria precisamente es un lugar donde se produce en serie, se repite
hasta el infinito mientras el producto en cuestión continúe rindiendo
dividendos. Y eso es precisamente “Duro de Matar: Un buen día para morir” (la
quinta entrega de la saga que comenzó en 1979), un clásico producto del
Hollywood industrial, con sabor a papafrita salida de un tubo de cartón
comprada en un supermercado: muy rica si la comemos de vez en cuando, cansadora
si lo hacemos seguido, pero finalmente: siempre mala para la salud.
Para disfrutar una película como esta es primordial
no tener en cuenta el guion, la historia poco importa, es sólo una excusa para
justificar las explosiones, persecuciones en auto a alta velocidad, disparos,
muertes y todos los condimentos de una buena película de acción, presentes en
esta quinta entrega. La excusa es entonces que en Rusia, el hijo del detective
de policía John McClane (Bruce Willis), un crecido y musculoso Jack (Jai Courtney, de la serie Spartacus) ha sido arrestado por un asesinato que está
conectado con el mediático juicio a Yuri Komarov (Sebastian Koch). Parece que este señor va a arriesgar su
vida declarando en contra del peligroso ministro Chagarin (Sergei
Kolesnikov). Por supuesto que McClane no
dejará de inmiscuirse en el destino de su hijo y a pesar de las recomendaciones
de su hija, se encontrará de nuevo en el lugar y el momento equivocado.
“A good day to die hard” está dirigida por el
irlandés John Moore, el mismo de “Detrás de las líneas enemigas” y la última
versión de “La profecía”, un tipo bastante criticado, pero que esta vez se luce
con el ritmo impreso a la película, buenos diálogos (excepto cuando quiere
ponerle un toque sentimental a la relación de los McClane) y muy buenas
secuencias de persecución por las calles y autopistas de Moscú hasta una escena
en Chernóbil que incluye un temible helicóptero ruso. Todo filmado en realidad
en Budapest, nada en Rusia.
El paso del tiempo se hace presente en algunos
chistes internos y en la relación de paternidad, pero esta película no podría
existir sin el carisma de Willis, que además demuestra que todavía puede
correr, saltar y salvar al planeta en pocas horas.
Calificación:
Peliculómetro al 70%.
FICHA TÉCNICA:
TÍTULO
ORIGINAL: “A good day to die
hard”
GÉNERO: Acción.
PAÍS: Estados Unidos - 2013
DIRECCIÓN: John Moore
ELENCO: Bruce Willis, Jai Courtney, Mary Elizabeth Winstead,
Amaury Nolasco, Sebastian Koch, Yuliya Snigir, Anne Vyalitsyna y Cole Hauser
GUIÓN: Skip
Woods, Roderick Thorp
PRODUCCIÓN: Daniel T. Dorrance
DURACIÓN: 97 minutos.
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PAGE: http://www.diehardmovie.com/
CALIFICACIÓN: Apta para mayores de 13 años.
IDIOMA: Inglés subtitulado.
CINE: Salas Walmart.
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